Este martes 2 de julio, Venezuela celebra los 125 años de Consagración al Santísimo Sacramento del Altar en medio de grandes procesos que se viven.

La Consagración significa hacerlo parte del otro. Este hecho, aplicado a Venezuela, nos hace –por voluntad propia- pertenencia de Dios. Dejamos algo para hacernos sagrados por medio de Dios.

Como el pan y el vino en el altar, que son consagrados por medio del sacerdote en la eucaristía, dejan de ser “eso” para ser de Dios y de su voluntad.

Aunque hay países consagrados al Sagrado Corazón de Jesús o a diferentes advocaciones de la Virgen María, el caso de Venezuela es especial pues somos el único país consagrado al Santísimo Sacramento del Altar. De esta forma, nos entregamos con fe a Dios como nación para que sea Él quien disponga, que actúe y nos transforme.

Este año en particular, la Conferencia Episcopal Venezolana determinó que todas las activiadades serán encomendadas a la protección de Nuestra Señora de Coromoto, patrona del país.

¿Cómo empezó todo?

En 1899, producto de la grave crisis política y social por la que pasaba el país, el sacerdote Juan Bautista Castro tuvo la inspiración de pedir al Episcopado del momento esta Consagración, que posteriormente fue aprobado. Eran tiempos difíciles para la iglesia en Venezuela, recuerdan publicaciones que hacen referencia a este hecho.

Según el Diario Católico, a finales del siglo XIX habia una escasez de religiosos y quedaban dificultades luego de la guerra de independencia, cosa que se agravó por las diferencias entre el anterior presidente, Antonio Guzmán Blanco, y el arzobispo de Caracas, Silvestre Guevara y Lira

Que se levante sobre Venezuela el Sol de la Divina Hostia, que se levante este Sol amado de las almas para nunca más ocultarse en el horizonte de nuestra Patria”.

Para ese entonces, en la iglesia Nuestra Señora de la Merced se vivía con mucha pasión la adoración eucarística. Esto le hizo ver la sensibilidad la devoción de los católicos venezolanos.

Desde ese entonces, se renueva esta Consagración, que si bien antes pasaba por debajo de la mesa, desde la celebración de los 100 años ha tomado con más fuerza. Inclusive, a partir de ese aniversario, se considera jubilar cada 25 años.

¿Cómo vivir la Consagración de Venezuela al Santísimo Sacramento del Altar?

La Conferencia Episcopal Venezuelana (CEV) ha dado indicaciones litúrgicas y subsidios para vivir de manera papable esta Consagración y todas las parroquias del país prepararon actividades propias para la feligresía.

En Barquisimeto, por ejemplo, el padre Jesús Ramírez, secretario de la Pastoral de la Comunicación de la Arquidiócesis de la zona, explicó que algunas parroquias prepararon caravanas, procesiones, así como horas de adoración al Santísimo Sacramento.

Según explicó en una nota de prensa monseñor Enrique Pérez Lavado, obispo de Maturín y presidente de la Comisión Episcopal de Liturgia de la CEV, el itinerario de actividades tiene la misión de fortalecer la identidad de Venezuela como la “República del Santísimo Sacramento”.

Para el viernes 5 de julio habrá un día de oración ante Jesús Sacramentado por Venezuela.

Ramírez además informó que este domingo 7 de julio, todo el episcopado venezolano se reunirá para la CXXII Asamblea Ordinaria Plenaria y allí renovarán la Consagración, tal como sucedió hace 125 años. La eucaristía será a las 10:00 de la mañana en la Iglesia San Alfonso María de Ligorio en El Paraíso, en Caracas.

“Esta es una fiesta grande para nuestro país, sobretodo en este tiempo en el que Jesucristo en la Eucarística representa comunión, que hay lugar para todos, que en él se puede dar la reconstrucción, el reencuentro, la reconciliación, el progreso, la fortaleza para seguir andando como un solo pueblo. El pueblo de Dios”, manifestó el padre Jesús.

Igualmente, incluso desde casa, los creyentes pueden hacer la oración de Consagración de Venezuela al Santísimo Sacramento del Altar que está disponible incluso en internet y que es la misma que se ha rezado desde 1899.

Oración de consagración

Soberano Señor del Universo y Redentor del mundo, clementísimo Jesús, que por un prodigio inenarrable de tu caridad te has quedado con nosotros en este Sacramento hasta el fin de los siglos; aquí venimos a tus pies a proclamarte solemnemente y a la faz del cielo y de la tierra, nuestro único Rey y dominador Santísimo.

A quien Consagramos todos nuestros afectos y servicios y a quien ponemos todas nuestras esperanzas. Tú eres nuestro Dios, y no tendremos otro alguno delante de ti, en tus manos ponemos nuestra suerte y con ella los destinos de nuestra patria. Mucho te hemos ofendido y como el hijo pródigo hemos disipado en los desórdenes tu herencia, perdónanos que ya volvemos con espíritu contrito a tu casa y a tus brazos.

Recíbenos, Salvador nuestro, y concédenos que venga a nosotros tu reino eucarístico. Levanta bien alto tu trono en nuestra República, a fin de que en ella te veas glorificado por singular manera y sea honra nuestra, de distinción inapreciable, el llamarnos la República de Venezuela del Santísimo Sacramento del Altar.

Te entregamos cuanto somos y cuanto tenemos, cubre nuestra ofrenda con tu mirada paternal y hazla aceptable y valiosa en tu divina presencia. Otra vez te pedimos nos recibas, que no nos deseches, y que este acto de nuestro amor y de nuestra gratitud sea repetido, cada vez con mayor fervor, de generación en generación, mientras Venezuela exista, para que jamás la apartes de tu sagrado corazón. Que así sea para nuestra vida del tiempo y después. Por los siglos de los siglos. Amén.

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