Una Palabra Oportuna No. 1711

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Oración de la mañana. Martes Santo 12 de abril de 2022.

Por Lucy Peña.

Nuestras pretensiones ante el Señor

Vemos el texto de Juan 13,  21-38: “Estando Jesús a la mesa con sus discípulos, se turbó en su espíritu y dio testimonio diciendo: “En verdad, en verdad les digo, uno de ustedes me va a entregar. Los discípulos se miraron unos a otros perplejos, por no saber de quién lo decía. Entonces Juan apoyándose en el pecho de Jesús, le preguntó,  Señor, ¿Quién es? Le contestó Jesús: aquél a quien yo le dé un trozo de pan untado. Y untando pan se lo dio a Judas, hijo de Simón el Iscariote. Detrás del pan entró en él satanás.

Entonces Jesús le dijo: lo que vas a hacer hazlo pronto. Ninguno de los comensales entendió a qué se refería. Como Judas guardaba la bolsa, algunos suponían que Jesús le encargaba comprar lo necesario para la fiesta o dar algo a los pobres. Judas después de tomar el pan salió inmediatamente. Era de noche. Cuando salió, dijo Jesús: Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo, pronto lo glorificará. Hijitos me queda poco tiempo entre ustedes.

Me buscarás, pero lo que dije a los judíos se los digo ahora a ustedes, donde yo voy no pueden venir ustedes. Simón Pedro le dijo: Señor, ¿a dónde vas? Jesús le respondió: a dónde yo voy no puedes seguir ahora, me seguirás más tarde. Pedro, replicó: Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? Daré mi vida por ti. Jesús le contestó: ¿con que darás tu vida por mí? En verdad, en verdad te digo: no cantará el gallo antes de que me hayas negado tres veces”.

Vemos allí entonces este texto que nos llega al corazón y es Palabra del Señor. Decimos “Gloria a ti señor Jesús”

Y nos preguntamos:

¿Soy yo el que voy a entregar a Jesús? ¿Soy yo el que daré mi vida por Él? ¿Qué promesas y compromisos asumo ante el Señor, en los momentos de falso seguimiento?

Pedimos a Dios que nos dé la luz de comprender su palabra y hacer un seguimiento como Él nos pide. Escribo aquello  que me surge de esta meditación.

Agradezco a Dios su amor y su bondad hacia cada uno de nosotros.  

Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.