En México, el Instituto Nacional de Migración (INM), confirmó que entre enero y mayo de este 2024 fueron retenidos 1,3 millones de migrantes de diversas nacionalidades que ingresaron a México sin documentación. El gobierno mexicano evita usar la palabra detenciones y apela a este eufemismo: “eventos de personas en situación migratoria irregular”.

En promedio más de 8.000 personas fueron detenidas cada día de este 2024, hasta el 31 de mayo y según las cifras oficiales. Se les procesa por no tener documentación. En los primeros cinco meses de este 2024 la cifra superó ampliamente al total de los 12 meses de 2023, donde hubo 782.176 detenciones, de acuerdo con el INM.

Al separar por nacionalidad, los venezolanos (377.401), guatemaltecos (209.540), hondureños (144.499), ecuatorianos (136.399) y haitianos (107.432) encabezan los registros. Más allá de los grupos mayoritarios procedentes de Sudamérica y Centroamérica, también resultaron retenidos migrantes procedentes de Senegal, Mauritania, Guinea, India y Angola. Según el INM, personas de más de 170 países ingresaron al territorio mexicano en los primeros cinco meses de este año con el objetivo de llegar a la frontera con Estados Unidos.

Los migrantes, especialmente los que se encuentran cercanos a la frontera con Estados Unidos, cruzan desde México por las zonas desérticas, caminando entre 10 y 50 kilómetros entre dunas y arena, según el testimonio que recaban periodistas en la zona. Se hacen recorridos que evaden los retenes migratorios de México con el plan de lograr cruzar a Estados Unidos sin tener documentación.

El año pasado, un grupo de expertos de la ONU denunció que en México la detención arbitraria era “un problema generalizado” que daba pie a “malos tratos, torturas, desapariciones forzadas y ejecuciones arbitrarias”.

En el discurso, el presidente Andrés Manuel López Obrador sostiene lo contrario e insiste en que se respetan los derechos humanos de los migrantes, quienes masivamente atraviesan territorio mexicano en pos del sueño de ingresar sin visa a EEUU. En la práctica, su gobierno ha convertido a México en una suerte de retén migratorio para impedir el acceso a territorio estadounidense.

Lo que dice el gobierno de López Obrador

López Obrador no ve que haya un problema con el enorme flujo migratorio que recorre su país y sostiene que México trata “muy bien” a los migrantes. La ONU insiste en que la detención de migrantes debe ser no el primero sino el último recurso por parte de los Estados.

Este mes de abril, Estados Unidos publicó un comunicado en el que ratificó la cooperación del gobierno de López Obrador, con la administración de Joe Biden, para “reducir significativamente los cruces fronterizos irregulares”.

Hace escasos días, la ministra de Relaciones Exteriores de México, Alicia Bárcena, afirmó que su país tenía una “visión progresista” de la migración y que desde el Ejecutivo se había “puesto en marcha un modelo mexicano de movilidad humana”.

Estas afirmaciones, sin embargo, chocan con la realidad que se constata con las propias cifras oficiales. Un dato no menor lo refleja la significativa reducción en la entrega de visas por razones humanitarias, que permiten a migrantes que buscan asilo en México conseguir un permiso de trabajo y transitar por el país de forma segura.

Entre enero y mayo de este año, mientras crecía de forma dramática el volumen de migrantes en territorio mexicano, apenas se concedieron 1.243 de estas visas, en contraste con las 68.284 del mismo período en 2024. Sin perspectivas de poder radicarse legalmente en México, este país es visto por los migrantes solamente como lugar de tránsito mientras se logra llegar a territorio estadounidense.

Un reporte de las autoridades estadounidenses indicó que solo en las tres primeras semanas de junio, después que arreciaron los controles de Washington sobre la frontera con México, un total de 25 migrantes fallecieron en el desierto por deshidratación o ahogados al intentar cruzar el río Bravo, mientras que otros 35 fueron rescatados de dichos peligros.

Andrés Cañizález es periodista y director de Medianálisis. @infocracia

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