Las políticas migratorias ejercidas por la Administración Trump en Estados Unidos están afectando directamente a los familiares de aquellos migrantes que ya están establecidos buscando el famoso y ansiado “sueño americano”.
Tras la reciente expulsión de más de 200 migrantes venezolanos, muchos de ellos no tenían confirmación oficial sobre si sus parientes estaban en el grupo enviado a la cárcel de máxima seguridad instalada por el gobierno salvadoreño.
En el Barrio Los Pescadores, al noreste de Maracaibo (Zulia), Mercedes Yamarte estaba preocupada por el paradero de Mervin, su hijo. Tras ver un video emitido a través de un canal estadounidense, dijo que él estaba entre los nuevos prisioneros del cuestionado centro de reclusión destinado para retener a pandilleros que sean capturados por la policía salvadoreña.

El pasado jueves 13 de marzo le llamó su yerna: “se llevó migración a Mervin”.
“Él la llamó (a su esposa) y le dijo ‘me está llevando migración’. No supimos nada después. Sus hermanos dijeron que se lo llevaron confundido. Una amiga de ellos se metió en una aplicación y aparecía que estaba detenido (en EE. UU.)”, describió.
Desde entonces Mercedes y varios de sus familiares, que siguen en Venezuela, empezaron a indagar sobre el paradero de Mervin José Yamarte Fernández, de 29 años. En Estados Unidos, según relató ella, estuvo en al menos dos centros de reclusión, tras su detención por la Agencia de Migración.

Desde un principio y con el video que se publicó en redes sociales, ella tuvo la certeza de que a su hijo lo enviaron a El Salvador bajo la propaganda oficial de pertenecer al “TdA”, como denominan públicamente los voceros del gobierno de Donald Trump al grupo delincuencial Tren de Aragua, originario de Venezuela, y que se internacionalizó en el marco de la crisis migratoria generada por la Emergencia Humanitaria Compleja, que según denuncias de ONG y organismos internacionales, se viene dando en el país sudamericano desde hace varios años.
“Ellos no están en Estados Unidos. Ellos no están en ese reclusorio que dice la página”, aseguró Yamarte.

Santas cotizas
Mercedes detalló que reconocieron a Mervin gracias a que otro de sus hijos, Yorferson, vio un video difundido sobre la llegada de los deportados una cárcel de máxima seguridad que está a las afueras de San Salvador.
Yoferson fue el que le dio la voz de aviso: “Mami, ese es mi hermano”.
Él reconoce a Mervin por las “cotizas” (cholas, sandalias) que llevaba puestas. “Como a los cinco minutos, creo que hasta menos, Telemundo sacó el video. Mi hijo lo vio ahí mismo porque ellos estaban pegados al televisor”.
“Mami, fíjate a ver si es mi hermano, mami”. Mercedes no pudo ver el material difundido por el canal estadounidense.
“No se me quita de los ojos (la imagen de) mi hijo pidiéndome ayuda”, dijo entre lágrimas y agregó que el no saber directamente de su hijo “ha sido el trabajo más duro” que ha llevado a cuestas.
“Pero seré fuerte para él”, recalca.
Durante la redacción de esta nota, la cadena radiotelevisiva CBS (Columbia Broadcasting System) tuvo acceso y publicó una lista “interna” de las personas que expulsó EE. UU. Entre ellas, figura el nombre de Mervin.

¿Por qué se los llevaron?
Junto a Mervin hay otros 237 extranjeros, muchos venezolanos, deportados a El Salvador en un convenio hecho por los gobiernos de ambos países.
Estas personas ingresaron al polémico Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), que está asentado en Tecoluca, a casi una hora y media de San Salvador en carretera.
El gobierno estadounidense justificó la deportación al usar una Ley de Enemigos Extranjeros, una normativa que data del Siglo XVIII y que se ha utilizado solo dos veces. Igualmente acusó a los migrantes de pertenecer al Tren de Aragua.
A pesar de estos calificativos, los entes encargados sobre el tema no han aportado pruebas sobre la relación de estas personas con la pandilla.
El propio presidente de ese país, ha etiquetado a este grupo como “terrorista” y “enemigo de guerra”.
Desde el inicio de su gestión, Trump y su equipo se han ido en contra de la población migrante radicada en Estados Unidos.
Su administración desactivó, apenas unos minutos de asumir, la aplicación CBP One. La app era usada para regularizar el ingreso de personas a la Unión Americana.
También ha exacerbado su retórica contra los migrantes alegando que ocurre “una invasión” contra EUA. El mismo discurso también ha estado dirigido contra poblaciones vulnerables o minoritarias de ese país, tildándolas de promover argumentaciones y acciones woke.

¿Tatuaje? Get out!
El País de España publicó un artículo en el que relata que el Ejecutivo norteamericano usó como argumento un tatuaje con figuras alusivas al Real Madrid que tiene el venezolano originario de Machiques (Zulia), Jerce Reyes (36 años).
Además de ese tatuaje, un gesto hecho con las manos equivalente a “te quiero” en lengua de señas también se usó como justificación del Departamento de Seguridad Nacional. Ellos aseguran que es un “gesto de identificación” del Tren de Aragua.
Esto se dio a conocer gracias a una carta remitida por su abogada, Linette Tobin, al juez federal del Distrito de Columbia, James Boasberg, quien prohibió de forma temporal, en este caso en vano, las deportaciones sin garantías constitucionales y hechas bajo la normativa invocada, promulgada en 1798.
Ante esto, Trump garganteó a través de su propia plataforma Truth Social al magistrado calificándolo como un “lunático radical de izquierda”. También lo tildó de “alborotador” y “agitador”. En el mismo mensaje, pidió su destitución.
Al no recibir una respuesta efectiva sobre la sentencia, Boasberg ordenó que el Gobierno estadounidense debe entregar los datos detallados sobre el procedimiento: horas, trayecto de viaje e información sobre los pasajeros. El Departamento de Justicia se niega a ello y sus abogados quieren invocar una normativa de secreto de Estado para no entregar esa información.
¿“Oopsie”?
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, al reaccionar a través de X (antes twitter) sobre la sentencia del juez Boasberg.
“Oopsie, too late”, (“Ups, es muy tarde”, en español) fue el trino, con su característico tono burlón, que dio junto a una captura de la noticia de la decisión del jurista publicada en el tabloide New York Post.
Antes, y tras una visita de Estado del secretario estadounidense Marco Rubio, el funcionario estadounidense dijo que Bukele se había ofrecido para albergar en la Cecot a deportados por EUA. Todo esto sin importar la nacionalidad y a cambio de un pago por ello.

El New York Times recogió que El Salvador recibiría la suma de seis millones de dólares americanos. Esto sería el pago por albergar en sus prisiones a deportados venezolanos acusados por las autoridades norteamericanas como integrantes del Tren de Aragua.
Esto ocurre a pesar de que, durante el gobierno de Joe Biden, el Departamento de Justicia le había señalado de haber colaborado con la Mara Salvatrucha.
Incluso, el Departamento del Tesoro había impuesto sanciones contra determinados funcionarios de El Salvador por, presuntamente, conceder favores a sus integrantes.
Bukele ha negado las afirmaciones y hoy, por lo visto, se ha vuelto un aliado de la Administración Trump.
Secuestro, según Maduro
El pasado 19 de marzo, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, se refirió sobre el tema y tildó la acción como un “secuestro”.
En una alocución emitida en cadena de radio y televisión, el mandatario instó a su homólogo salvadoreño a que “no sea cómplice de este secuestro”.
“Nuestros muchachos no cometieron ningún delito en Estados Unidos. Ninguno. No los llevaron a ningún juicio, no les dieron derecho a la defensa, derecho al debido proceso”, dijo.
Maduro dijo que los enviaron a un “campo de concentración”, en referencia al Cecot.
Después, el pasado 20 de marzo, Venezolana de Televisión (VTV) transmitió las declaraciones del presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, en las que anunció que Maduro recibió a un grupo de familiares de los deportados.
En cámara también estaba el ministro de Educación, Héctor Rodríguez. Según el canal del Estado, la reunión duró más de dos horas.
Rodríguez dijo que en la reunión también estuvieron la primera dama de la República, Cilia Flores, y la vicepresidenta Delcy Rodríguez.
Rodríguez comparó el traslado a la cárcel salvadoreña de máxima seguridad con los envíos de judíos a los campos de concentración durante la Alemania Nazi.
“Es exactamente el mismo modus operandi. Sin decirles a donde iban, los llevan a un tercer país que ninguno de esos muchachos había conocido hasta este momento”, espetó.

“Es feo no tener familia”
Mervin, el hijo de Mercedes, emprendió su viaje a Estados Unidos el 16 de septiembre de 2023.
Mercedes relató que su hijo se fue por el temido Tapón del Darién. Esta ruta la frecuentan personas que buscan migrar a América Central, pero, sobre todo, a Estados Unidos. Aunque su mamá no tiene información sobre cómo fue su travesía, afortunadamente, Mervin logró llegar ese mismo año.
“Mijo, ¿vos? Pero si nunca dijiste que te ibas para Estados Unidos”. Mercedes recordó que “de la noche a la mañana salió y se fue” y que Mervin nunca le quiso decir sobre su decisión.

Mervin es parte de los más de 7.89 millones de venezolanos (según datos de la Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela) que han cruzado la frontera en un intento de mejorar su situación de vida.
Hasta finales de 2023, en unas cifras recogidas por la Migration Policy Institute, unos 770.000 migrantes venezolanos estaban en Estados Unidos. Según el instituto, esto representaba un total del 2 % del total global de 47.8 millones de desplazados en el mundo.
Del total general de venezolanos en Estados Unidos, más de la mitad, unas 486.000, no estaban debidamente regularizadas hasta mediados de 2023.
Para Mercedes, el no tener a sus hijos cerca “es el sentimiento más duro” que ha podido vivir.
“Desde el domingo le pido a Dios que me lo traiga lo más rápido que pueda. No solo a él, a todos mis hijos”.
Mercedes cuenta que su ánimo ha bajado desde que sus hijos están ausentes. En varias ocasiones, dice, ha rechazado hacer actividades para disfrutar o recrearse porque no encuentra motivos para ello tras la migración de sus hijos.
“No tengo ese ánimo. De verdad que no hay vida sin hijos”.

El periodista zuliano Jhorman Cruz ayudó en la realización de esta nota.
Sigue todas nuestras entrevistas y la información que se produce desde las regiones uniéndote a nuestros canales de Telegram, WhatsApp y descarga nuestra App.