La Guajira, un poblado que se mantiene en pie de lucha

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Guajira
Foto: Radio Fe y Alegría Noticias.

“En la Guajira no hay nada que celebrar; no podemos bailar sobre la ceniza de nuestros antepasados”

El pueblo Wayúu es la población originaria del territorio que hoy conocemos como la Guajira. Este pueblo sostuvo una tenaz resistencia a los intentos españoles de colonización; tal vez la aridez y el aislamiento del territorio los ayudó a permanecer libres y auténticos hasta la actualidad.

El territorio Wayúu, por su ubicación geográfica y geopolítica, posee unas condiciones especiales que le permiten desarrollarse, aprovechando todas y cada una de las oportunidades que les permiten estos espacios. Sin embrago, en los últimos años la población de la Guajira ha padecido hambre, sed y desplazamientos. Sobrevivir ha sido la palabra más común de sus habitantes, pues es el día a día en un pueblo que se enfrenta a servicios básicos precarios.

Nada que celebrar en la Guajira

“Seguimos resistiendo a la sed milenaria de la Guajira”, señaló a Radio Fe y Alegría Noticias Jesús Mario Montiel, un wayúu de 60 años que, en medio de un cierre de la vía hacia la frontera en protesta, gritaba molesto porque su comunidad llevaba varios días sin servicio eléctrico.

Estos reclamos en la Guajira por transformadores eléctricos se ven en todas las comunidades; algunas de ellas llevan hasta cinco años sin recibir respuestas. Niños y ancianos son los más vulnerables.

José David González, coordinador del Comité de Derechos Humanos de la Guajira, resaltó en entrevista con Radio Fe y Alegría Noticias que este 12 de octubre, Día de la Resistencia Indígena, no hay nada que celebrar.

“No podemos bailar sobre las cenizas de nuestros antepasados y frente a tantas necesidades”, expresó.

Radio Fe y Alegría Noticias consultó a pobladores de la Guajira sobre el 12 de octubre y la mayoría expresó que no se puede celebrar pues viven en medio de dificultades. Entre ellas está una salud que cada día se deteriora por la falta de medicamentos, una educación que se cae a pedazos, niños imparten sus aprendizaje sentados en el piso, escuelas que no tienen techos ni pizarra, una deserción imparable, pues los niños viven y trabajan en la calle, para ser los sustentos de sus casas.

Las comunidades indígenas también se enfrentan a inundaciones ya que los caños, ríos y quebradas llevan más de 15 años sin mantenimiento.

¿Y después del 12 de octubre?

Carmen Fernández, una habitante de la Guajira, manifestó: “aquí seguimos resistiendo, sin respuestas. Ya mañana 13 de octubre se olvidan de los ‘indiecitos’”

Además, la resistencia indígena se enmarca en un éxodo masivo de jóvenes wayúu que parten con miras a llegar a Estados Unidos poniendo en peligro sus vidas e identidad cultural, según Jairo Gil, un docente jubilado.

El panorama es desalentador para la Guajira, un poblado que se mantiene en pie de lucha.