Alejandro Luy, biólogo y gerente general de la Fundación Tierra Viva, afirmó este viernes que la diversidad biológica de Venezuela podría ser un gran músculo para el desarrollo, en lugar de continuar con el modelo extractivista actual que, según él, provoca deforestación, no ha contribuido a superar la pobreza e incrementa la participación del país en el cambio climático.

“Nuestras plantas, animales, ecosistemas y paisajes pueden ser utilizados para apalancar nuestro desarrollo, pero eso no se está viendo. Por el contrario, tenemos una tasa de deforestación muy alta, especies amenazadas, cuencas hidrográficas que no están siendo protegidas y parques nacionales que no cuentan con suficiente personal y herramientas para su mantenimiento”, declaró Luy en el programa De Primera Mano de Radio Fe y Alegría Noticias. 

El biólogo subrayó que los ecosistemas venezolanos tienen el potencial para promover el turismo, suministrar más agua e incluso ayudar en la captura de carbono. 

Además, enfatizó que el cambio climático es una responsabilidad compartida entre gobiernos, ciudadanos y organizaciones, ya que sus consecuencias afectan a todos.

Rol del Estado

Luy hizo un llamado al Estado venezolano para que aborde temas críticos como la deforestación, la recuperación de cuencas hidrográficas y el uso de energías alternativas como la eólica y la solar, con el fin de reducir la dependencia del petróleo y el gas. 

Resaltó que esos son temas relevantes para un Estado y una nación y que debemos discutirlos porque “sus consecuencias las vivirán no solamente nosotros, sino también las próximas generaciones”.

Asimismo, destacó la diferencia en la responsabilidad entre los grandes países industrializados, como China, Estados Unidos y la Unión Europea, que son los principales emisores de gases de efecto invernadero, y países más pequeños como Venezuela. 

“Eso está establecido en una convención en la cual debemos participar, discutir, exigir y aportar”, añadió.

Exigir un plan de adaptación

También instó a los ciudadanos a exigir un plan de adaptación al cambio climático que permita prevenir y minimizar sus efectos en el país.

Enfatizó que este debe ser nacional y regional porque no es lo mismo la situación en la Guajira, donde la falta de agua afecta principalmente a las mujeres, que en los Andes o Amazonas, donde las fuertes lluvias pueden causar impactos significativos y hasta pueden provocar muertes. 

Igualmente, insistió en una educación que prepare a la población para estas nuevas condiciones, especialmente en temas agrícolas. 

“Tenemos que empezar a pensar ya en nuevas formas de sembrar para producir los alimentos que necesita toda la población y saber en qué nuevas regiones vamos a poder sembrar nuevas plantas, ya que en algunas áreas tradicionales ya no será posible”, apuntó.

Educación para las nuevas generaciones

Finalmente, Luy mencionó que la Fundación Tierra Viva, en colaboración con otras organizaciones como Todos por el Futuro e Impronta, está trabajando en un proyecto llamado “Generación Sustentable”.

La iniciativa busca apoyar y proporcionar herramientas a jóvenes entre 15 y 29 años interesados en participar en la atención a su contexto socioambiental y que estén apostando a nuevas maneras de relacionarse con el ambiente. Asimismo, están colaborando con jóvenes que han encontrado en la reutilización una forma de vida.

“No hay que perder la esperanza, hay ciudadanos en todo el planeta trabajando por cambiar su relación con el entorno y de esa manera contribuir a disminuir el impacto ambiental”, concluyó.

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