La apropiación indebida del Esequibo, una respuesta al Dr. Insanally

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Foto: Archivo.

La excolonia de la Guyana Británica, con el respaldo de la Exxon, de su imperial metrópoli de la cual a pesar de haberle regalado su independencia siguen siendo súbditos de la corona y de unas reservas petroleras no mayores a los 10 MM b/p se encuentra empoderada y amenaza con hacer uso de su transitoria posición de miembro no permanente en el Consejo de Seguridad.

En una falta a la verdad y al conocimiento histórico y diplomático de la reclamación sobre el Esequibo, el Dr. Ivelaw Griffith presidente de Fort Valley University, rankeada en el puesto 83 del estado de Georgia y el exembajador Riyad Insanally en un análisis no acorde con sus trayectoria diplomática, desconocen en estos momentos o niegan que el Acuerdo de Ginebra (1966) es el único instrumento para resolver la disputa territorial por el Esequibo, según acordaron  el secretario de Estado inglés Michael Steward y el ministro de Relaciones Exteriores venezolano, Ignacio Iribarren Borges, con el objetivo y propósito de darle una solución práctica y satisfactoria a la reclamación centenaria, donde la excolonia inglesa formó parte del Acuerdo por concesión y gracia del gobierno de Venezuela, debido a que como territorio no independiente, sin soberanía ni personalidad jurídica tenía cualidad para firmar un tratado internacional.

La falta de argumentos de ambos comentaristas les lleva a inmiscuirse en asuntos internos de Venezuela incluso personales al comentar en forma mal sana la actuación de la Comisión Especial para la Defensa del Territorio de la Guayana Esequiba y la Soberanía Territorial, presidida por el diputado constituyentista Hermann Escarrá, al hacer uso de una insolencia al calificar de “flight of fantasy”, si se presenta la contramemoria. Si de asuntos internos se trata, la elocuencia del Dr. Insanally le hace olvidar que tardaron más de seis meses, hasta que las petroleras decidieran si el presidente Irfaan era el ganador o el ex general Grandger

El desborde de sabiduría del doctor Insanally llega al extremo de desconocer el recurso que tienen los Estados de acudir a la Corte o más aún, exhibe sus facultades tarotistas, cuando pronostica que “es muy poco probable que el Consejo de Seguridad incluya el tema en su agenda.

Venezuela a lo largo de su historia siempre apoyó los movimientos descolonizadores en las Naciones Unidas; desde un principio apoyó la independencia de su país, cuando no se opuso, -como pudo hacerlo- al momento de su ingreso a la OEA al no invocar el artículo 146 de la Carta de la OEA. “El Consejo Permanente no formulará ninguna recomendación ni la Asamblea General tomará decisión alguna sobre la solicitud de admisión presentada por una entidad política cuyo territorio esté sujeto, total o parcialmente, a litigio o reclamación entre un país extra continental y uno o más Estados miembros de la Organización, mientras no se haya puesto fin a la controversia mediante procedimiento pacífico.

En esta ristra de desconsideraciones, olvidan que durante la crisis energética del 86-87; el gobierno del Sr. Hoyte corrió a tocar las puertas de la Embajada de Venezuela, el único país que les tendió la mano. Trinidad se negó a enviarle más petróleo a cambio de arroz. La excolonia si tanto orgullo tenía, no le importó inscribirse en Petrocaribe en 2005. En el refranero criollo hay un dicho que dice “Desgraciado el perro que muerde la mano que le da de comer”.

En su tendenciosa argumentación, el Sr. Insanally obvia que desde el trazado de las líneas Schomburgk, las conductas del gobierno inglés y del profesor De Martens fueron ilícitas y fraudulentas, como lo considera el fallo de la CIJ del 6 de abril y abre la oportunidad de la revisión de un laudo fraguado a la luz de la conspiración desde el tratado de Washington de 1897.

No es como dice el exembajador ante la Casa Blanca que “Venezuela no reconoce el mecanismo judicial como medio para resolver la mencionada controversia; es que Venezuela Inglaterra y la invitada de la ex colonia acordaron una solución práctica y satisfactoria”, lo cual no concuerda con un arreglo por la vía judicial.

No Dr. Insanally, así como un estudiante de primer año de Derecho sabe que la vía judicial no conduce a un arreglo “práctico y satisfactorio” que es el objeto y propósito del Acuerdo de Ginebra; su prepotencia al advertir que su país desde la silla de miembro no permanente del Consejo de Seguridad, hará uso de esta para impedir que Venezuela haga uso de dicha instancia como lo permite el artículo 34 y 35/1, y se regrese al Acuerdo de Ginebra como único mecanismo de recuperar un territorio que nos fue arrebatado por el imperio inglés, del cual a su país le corresponden solo 55.569 km2, son una muestra de que no tienen razón ni usted ni el honorable Dr Griffith.

Gerson Revanales es internacionalista y profesor universitario. @grevanales

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