Fe y Alegría en los caños hoy y siempre

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Fue el eslogan-mandato de su fundador, el padre José María Vélaz y no debe ser desoído.

“Más allá del asfalto” implica desplazarse de cualquier forma y manera, al amparo de los medios disponibles, y eso es lo que ha hecho el corazón más grande del mundo en Venezuela y, en especial, en el Delta.

Los días 26 y 27 de junio, una vez más, desde que Pedro Martínez inaugurara la gesta, la embarcación bimotor, con los gemelos de 75 HP, tan veinteañeros como ella, recorrió los caños hasta casi desembocar al mar. Cerca llegó, arribando a Dijarukabanoko.

Un equipo de 20 personas, encabezado por el filántropo y miembro de la Comisión Ejecutiva, German García-Velutini, el director de Fe y Alegría EduComunicacion, Luis Sánchez, y la directora del programa Fe y Alegría Escuela, Noelbys Aguilar, materializó la acción.

Cruzándose en más de 10 horas de navegación con una decena de curiaras a remo y tres a vela, cuáles carabelas, y con tan solo dos embarcaciones a motor en el extenso recorrido, constató la complejidad de viajar a lo largo de la densa autopista fluvial, que los indígenas recorren a canalete.

Fueron dos días arrancados de la realidad urbana, desconectados del mundo de las redes, enfocados en la tarea de formar.

Impartiendo facilitaciones, entregando kits educativos, induciendo y motivando a estudiar, intentando convencer de la necesidad de abandonar el mundo de las sombras y trascender, para que cada quien sea dueño de su destino.

En lengua aborigen, de la una a la otra, de la autóctona a la criolla, invirtiendo el orden de prioridades y dando primacía a los que la merecen.

Así es Fe y Alegría, una sabia combinación de educar con calidad y llegar muy lejos.

Más allá del asfalto, hoy y siempre.

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