Los familiares de los secuestrados por el grupo terrorista Hamás acudieron a la Corte Penal Internacional (CPI) para pedir la captura de sus líderes.
A la sede de la CPI también asistieron exsecuestrados del 7 octubre en los poblados cercanos a la Franja de Gaza. Ese día, más de mil personas murieron en varios ataques del grupo Hamás y unas 250 más fueron tomadas como rehenes.
Esta visita es el último paso en los esfuerzos de los israelíes para buscar justicia para las víctimas de los ataques.
Además, se produce un día después de que las autoridades indicaran que las negociaciones entre Israel y Hamas avanzaban hacia otro acuerdo para un alto al fuego y la liberación de rehenes.
El grupo que organizó la visita del miércoles 14 de febrero, The Hostages and Missing Families Forum, indicó en un comunicado que la denuncia que presentaron “abarca la toma de rehenes, desapariciones forzadas, delitos de violencia sexual, tortura y acusaciones más graves”.
Familiares de secuestrados por Hamás y el fiscal de la Corte Penal
El fiscal de la CPI, Karim Khan, está investigando ya los supuestos delitos cometidos por ambos bandos en el conflicto. El lunes, indicó en un comunicado que estaba “profundamente preocupado por los bombardeos y la posible incursión terrestre de las fuerzas israelíes en Rafah”.
Khan apuntó que su pesquisa “se está llevando a cabo como una cuestión de máxima urgencia, con la idea de llevar a los responsables ante la justicia” por los delitos contemplados en el tratado fundacional de la institución, el Estatuto de Roma.
Además, pidió “la liberación inmediata de todos los rehenes. Esto representa también un importante punto de nuestras investigaciones”.
Una catástrofe humanitaria en Gaza
El pasado 7 de octubre, el grupo terrorista Hamás atacó poblados civiles de Israel en la frontera de la Franja de Gaza.
A partir de ese día, el ejército de Israel ataca sin parar todos los lugares en los que supone que hay milicianos del grupo terrorista. Sin embargo, la peor parte se la lleva la población civil palestina.
Después de tres meses de guerra, 22.835 palestinos fallecieron, 77 periodistas murieron y más del 85 % de la población se encuentra desplazada.
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