Día mundial del refugiado: ¿hasta cuándo permitir que la huida pese más que los sueños?

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Día mundial del refugiado
Referencial/Archivo

La Asamblea General de la ONU, en el año 2001, decretó el 20 de junio como el Día Mundial del Refugiado, para honrar a esas personas que se atreven a huir de sus países y salvar sus vidas o la de sus familias. Es un día para reconocer su valentía y su capacidad de resiliencia.

Ser refugiado no es una elección, es una necesidad. No busca aventuras, sino que huye de manera forzada por persecuciones, violencia o falta de oportunidades económicas.

En ese línea, el Servicio Jesuita para Migrantes de Costa Rica centra su mensaje para en esta ocasión en la responsabilidad que tenemos como ciudadanos, sociedad, Estados en la generación de condiciones humanas y no seguir permtiendo que la huida de cientos de miles de personas de sus territorios pese más que sus propios sueños de vivir con dignidad donde nacieron y crecieron.

En un post que comparten señalan que “hoy queremos poner en el centro a quienes se movilizan de manera forzada y padecen las peores violaciones de derechos: niñas, niños, personas adolescentes, con discapacidad, mujeres, adultas mayores, personas LGTBIQ+”.

Cuando nos ha tocado ver de cerca el miedo y el cansancio extremo en el rostro de tantas niñas y niños que caminan con sus pies destrozados, con hambre, enfermedades y postergando duelos; se nos hace indigno volver la mirada hacia otro sitio.

¡No podemos invisibilizar más toda esta tragedia planetaria!

Ignorar a las personas más vulnerables, entre las vulnerables, es una condena para toda la humanidad. Hay un grito desesperado, hay una resistencia que se desgarra, hay un silencio escandaloso y hay una vergüenza descomunal que nadie quiere asumir.

Somos corresponsables de nuestra extinción, cuando negamos el abrazo a cada persona que huye y cuando evitamos enfrentar con valentía a quienes mancillan y asesinan.

«Despertemos humanidad… ya no hay tiempo.» (Berta Cáceres)