El flujo de migrantes a través de la selva del Darién cayó de manera drástica, según el presidente de Panamá, José Raúl Mulino, quien ofreció un balance de los resultados del cierre de la frontera.
“Hace un año, teníamos 36.841 migrantes cruzando por Darién, hoy marzo llegamos a 112. Una disminución importantísima, que representa de entre el 97-98 por ciento de éxito por parte de las autoridades de Migración y el Servicio Nacional de Fronteras (Senafront)”, informó Mulino.
Panamá viene cerrando de forma paulatina los centros de migrantes para ir bajando los focos de migración. Los centros venían funcionando desde el 2016, año en el cual se disparó la migración a través de la peligrosa selva.
Los últimos centros que fueron cerrados por el Gobierno de Panamá fueron: Bajo Chiquito y Canaan Membrillo. En ambos centros, las autoridades panameñas y más de veinte entes de Naciones Unidas y ONG, atendían a los migrantes apenas salían de la peligrosa selva del Darién.
Venezolanos protagonizaron el mayor porcentaje de migrantes
Según datos oficiales de Panamá, el aumento exponencial de la migración fueron protagonizados por venezolanos. Este fenómeno coincidió con la severa crisis humanitaria que se vivió entre el 2016 y 2018.
En 2024 el flujo cayó a 300.000 migrantes, lo que se atribuyó al cierre de caminos en la selva por parte del Gobierno de Mulino y al temor por el endurecimiento de la política migratoria de Estados Unidos.
Murillo aseguró que el 85 % de los migrantes de los últimos años eran venezolanos. Las cifras estallaron a partir de 2021, con 133.726 migrantes irregulares llegando a la provincia selvática panameña; 248.284 en 2022; y 520.000 en 2023.
Con información de EFE.
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