El padre José María Vélaz, uno de los fundadores de Fe y Alegría cumplió 39 años de fallecido, pero su obra está intacta y en expansión.
“Fue un soñador y un constructor de sueños”, así lo recuerda el profesor Antonio Pérez Esclarín, miembro del Centro de Formación e Investigación Padre Joaquín, en el programa Háblame bajito, que transmite Radio Fe y Alegría Noticias.
José María Vélaz fue un sacerdote Jesuita, que junto a un grupo de voluntarios de la Universidad Católica Andrés Bello y una familia del 23 de Enero fundaron Fe y Alegría.
El padre Vélaz se convirtió en una referencia de la educación popular de Venezuela y “de toda América Latina, porque Fe y Alegría se regó por todo el mundo, pero en especial en América Latina”, reflexiona Esclarín al reconocer la importancia del Jesuita.
“Fue un hombre con una gran preocupación social”, asegura el profesor. Cuenta que siendo rector de una escuela de los Jesuitas en Mérida ya tenía la idea de crear una serie de escuelas por los andes y otras zonas rurales.
José María Vélaz, “Déjate de quijotadas”
Ante sus ideas de crear escuelas, una vez que el padre Vélaz terminó su etapa en el colegio de Mérida fue designado a Caracas, a la Universidad Católica Andrés Bello.
Pérez Esclarín recuerda que el Provincial de los Jesuitas le dijo “déjate de quijotadas y vente a trabajar”.
Aunque, estando en la Universidad pudo cumplir su vocación de servicio y promovió que lo jóvenes “acomodados” que estudiaban en la universidad conocieran la otra Caracas, la de la marginalidad, la Caracas de la pobreza.
En esos años organizo grupos de jóvenes que de forma voluntaria hacían visitas a los barrios de Catia y quedaban impresionados por las condiciones de precariedad en las que se vivía allí, recuerda Esclarín.
Las visitas eran apostólicas y preparaban a los niños para la primera comunión.
La educación para cambiar la pobreza
El padre Vélaz, cuenta el profesor, que en una misa dijo a lo vecinos que la forma de cambiar las condiciones de pobreza era con educación y por eso era necesario hacer una escuela.
Al terminar la eucaristia, un hombre se le acercó al padre y le ofreció su casa -que acaba de construir- para que el pusiera la escuela si conseguía las maestras. Ese hombre era Abraham Reyes, cuenta el profesor.
La familia de Abraham tardó siete años en construir su rancho, destinaba todo su esfuerzo y reunía para comprar bloques y cabillas. En la zona no había agua y la carreteaban en latas de leche barrio arriba.
Este ofrecimiento conmovió a Vélaz y esa casa pasó de ser la de la familia Reyes a convertirse en la casa de todos los niños del barrio y la primera escuela de Fe y Alegría.
Entrega y sacrificio
El profesor Antonio Pérez Esclarín relata que el Padre Vélaz le contó que ese gesto de Abraham Reyes lo acercó más a Cristo, que sus propios estudios de Teología.
En esa acción descubrió que los pobres tenían mucha capacidad de entrega y sacrificio.
Así nació Fe y Alegría, de esta forma comenzó a crecer en los barrios y sectores marginados del país. Después de 10 años nacieron las primeras escuelas en otros países de América Latina y después en el resto del mundo.
José María Vélaz y el Masparro
El padre Vélaz se fue a vivir, a pensar y a soñar las escuelas agropecuarias en el Masparro, estado Barinas. Allí pasó sus últimos años entre sacos de cemento, tubos y la más profunda pobreza.
Murió en la nueva escuela del Masparro, en la noche antes de morir le dijo a todos que cenaran “juntos como en el cuadro de Leonardo da Vinci”, celebraron que habían conseguido maestras para este nuevo centro.
Esclarín relata que Vélaz murió de un infarto, en la madrugada del 18 de julio de 1985.
Escuche la entrevista que ofreció Antonio Pérez Esclarín a la periodista Carlota Rojas:
De Chile a Venezuela
El padre Vélaz nació en Rancagua, Chile el 4 de diciembre de 1910 y.
Hizo parte de sus estudios para ser Jesuita en Zaragoza, España. Fundó a Fe y Alegría en 1955, se reconoce la fecha del 5 de marzo.
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