Los coletazos  del huracán Beryl dejaron al menos seis muertos y cientos de familias afectadas por las lluvias y la crecida del río Manzanares en Cumanacoa, estado Sucre. Personas perdieron bienes inmuebles y alimentos de primera necesidad.

Este domingo 7 de julio, pobladores protestaron por falta de ayuda, exigiendo agua potable y la atención humanitaria de autoridades del Estado.

El director general de la ONG Convite y especialista en respuestas humanitarias frente a emergencias, Luis Francisco Cabeza, expresó que toda ayuda humanitaria debe hacerse respetando los principios de humanidad, imparcialidad, neutralidad y autonomía operacional.

Añadió que antes de iniciar el proceso de ayuda, hay que levantar información con las más urgentes necesidades que hay en una zona afectada por una tragedia.

“Esto es lo que nos va a permitir diseñar y modelar una respuesta rápida (…) Este levantamiento de información debe hacerse en máximo 48 horas para conocer una fotografía rápida de cuál es el soporte y la situación de los servicios afectados”, indicó Cabezas a Radio Fe y Alegría Noticias.

Expresó que es importante conocer lo que verdaderamente se necesita para que las atenciones sean coordinadas, articuladas y en diálogo constante con autoridades del Estado. “La peor cosa que puede haber en una respuesta humanitaria es la desorganización”, dijo Cabezas.

La ayuda humanitaria debe ser gestionada por organizaciones certificadas

Asimismo, añadió que es necesario un protocolo de resguardo de la zona afectada, mecanismos de control de acceso y certificar a las organizaciones que tienen mandato y tradición de ayuda humanitaria para articular una respuesta rápida y robusta.

“Que sean estas organizaciones garantes, que no haya instrumentalización de la ayuda humanitaria. Es un riesgo muy latente en un país que está en plena campaña electoral (…) Se ayuda a todos por igual, porque la ayuda no viene de un sector o tolda política, sino de una respuesta de emergencia”, sostuvo.

Destacó que estas zonas no son un botadero de ropa usada y que las donaciones deben ser necesarias e indispensables para las personas que sufrieron la tragedia.

“Es importante no revictimizar, ya las personas están bastantes afectadas y una ayuda que causa daño no es ayuda”, indicó.

Los mismos vecinos aseguran que más del 70 % de la población de Cumanacoa quedó bajo el lodo y las aguas, por lo que lo perdieron todo.

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