Las elecciones en Francia resultaron sorpresivas: la mayoría esperaba una victoria amplia de la ultraderecha después de los resultados de las elecciones europeas, pero no fue así.
La agrupación que lidera Marine Le Pen terminó como la tercera fuerza después de los de izquierda y centro.
Los resultados finales muestran al Nuevo Frente Popular con 182 escaños, Juntos (el partido de Macron) quedó segundo con 168 puestos en el Parlamento y Reagrupamiento Nacional (Ultraderecha) sacó 143.
La mayoría del Parlamento francés se conquista con 289 puestos de los 577 disponibles. Con estos resultados, la izquierda y el centro van a conformar un nuevo Gobierno.
¿Quién ganó la elección?
Más allá de los números, ganó la apuesta por derrotar a la ultraderecha y evitar que obtuvieran la mayoría.
En el escenario estaban los resultados de las elecciones europeas, en las que Marine Le Pen obtuvo una amplia mayoría y lo que produjo un adelanto de elecciones.
Le Pen enarboló las banderas nacionalistas, que incluyen un discurso antimigrantes y contra la comunidad sexodiversa, por ejemplo.
Las propuestas de la ultraderecha en Europa se sostienen sobre argumentos de seguridad nacional y cierre de fronteras. También hacen votos por aumentar el presupuesto para la producción de armas y se alejan de salidas negociadas y dialogadas para conflictos activos como los de Rusia e Israel.
El Frente Popular
Ante los resultados de las europeas y la baja popularidad del presidente Enmanuel Macron, se creó el El Nuevo Frente Popular, que incluye a La Francia Insumisa (LFI), Partido Socialista (PS), verdes (EELV) y comunistas (PCF) como respuesta al avance de la ultraderecha.
Estos grupos se convirtieron en la fuerza más votada el pasado domingo y ahora deberán negociar con los de centro, respaldados por Macron, para conformar un Gobierno amplio que es lo que demandan la mayoría de los ciudadanos.
¿Por qué tanto miedo a la ultraderecha?
La denominación de ultraderecha está asociada a lo extremo, en este caso, a las ideas conservadoras nacionalistas. En el imaginario europeo, estos grupos recuerdan a la era más lamentable del continente.
Es decir, la ultraderecha se asocia a la segunda guerra mundial, al exterminio del pueblo judío y la idea de superioridad racial impulsada por Adolf Hitler, principalmente en la segunda mitad del siglo XX.
con estos resultados, Francia se aleja de este imaginario y de la posibilidad de reeditarlo en versión del siglo XXI.
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