Fe y Alegría teje redes de paz en comunidades indígenas

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Fe y Alegría, en conjunto con docentes de la Escuela de Paz Guajira ANAMIAAPALA, une esfuerzos para construir procesos educativos para la paz y la vida en los territorios indígenas de la zona norte del estado Zulia, Venezuela.

Escuela de Paz Guajira ANAMIAAPALA es una iniciativa itinerante que nace de la inquietud de los Pütchipüü (pacificadores), los ancianos, los sabios, los jóvenes y académicos de la etnia wayuu, ante la imperiosa necesidad de salvaguardar la esencia de su cultura y la permanente construcción de convivencia.

El municipio indígena Guajira está ubicado en el estado Zulia, al noroccidente del país, frontera con Colombia, y cuenta con 100 mil habitantes, en su mayoría pertenecientes a la etnia wayuu. Es uno de los territorios con mayores dificultades en términos de acceso a la electricidad, agua, gas, salud, educación,  alimentos, internet, carreteras y seguridad.

Para responder a estas carencias, las comunidades indígenas, campesinas y mestizas de la región de Paraguaipoa, Guajira venezolana, se movilizan con el objetivo de contribuir a la difusión de culturas de paz, defensa de sus derechos y de las costumbres ancestrales y promover el diálogo intercultural.

Los programas de Escuela y Educomunicación de Fe y Alegría y la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL) platean efectuar un trabajo conjunto con los maestros y la comunidad para llevar adelante esta iniciativa. La misma busca desarrollar una formación contextual que responda a los desafíos educativos de las comunidades indígenas de la zona.

Sailyn Fernández, directora zonal de Fe y Alegría Educomunicación, dijo que la escuela presentará aspectos innovadores que buscan aportar herramientas a los docentes de las escuelas y comunidades en materia de espiritualidad, normas wayuu, cultura indígena, valor de la mujer, el manejo de la palabra, convivencia, educación popular y paz.

“Queremos resignificar la escuela y los aspectos pedagógicos a través de radio educativa y educación popular de tal manera que desde nuestras costumbres originarias, recuperemos nuestra memoria e impulsemos una formación para la vida y la paz”, reiteró Fernández.

La formación está organizada en siete ejes: Espiritualidad, educación popular, la paz, ciudadanía, solidaridad, el buen vivir y mundo wayuu.

Para la construcción de los contenidos, materiales, producciones de radio y capacitaciones se tomarán en cuenta las siguientes dimensiones:

MUJER WAYUU: pilar fundamental de la familia, heredera de la línea matrilineal y del territorio, transmisora de saberes y consejera. Llamadas a preservar los valores culturales y transmisora de la lengua materna el wayuunaiki.

PÜTCHIPÜÜ: es el pacificador por excelencia en el mundo cultural wayuu. El que tiene legitimidad para resolver los conflictos interfamiliares o interclanes, de acuerdo con los principios y normas fundamentados en las costumbres y tradiciones.

ANCIANOS Y SABIOS: son personalidades que forman parte de la organización e institucionalidad del pueblo o comunidades wayuu. Son consejeros y transmisores de los saberes ancestrales de esta etnia.

DOCENTES Y ACADÉMICOS: los primeros son los que forman hombres y mujeres para la vivencia de una vida plena en armonía con la naturaleza y con los otros, sin perder la identidad cultural.

LOS JÓVENES: son las personas depositarias de nuestras esperanzas para el cuidado de nuestra madre tierra y la preservación de nuestro legado cultural para la posteridad.

Fe y Alegría tiene presencia en Delta Amacuro, Zulia, Anzoátegui y Bolívar, zonas indígenas de Venezuela. En ese contexto, quiere fortalecer la convivencia en el entorno escolar y familiar, la educación intercultural bilingüe con la finalidad de fomentar la resolución pacífica de los conflictos. También construir puentes de entendimiento, promover la organización social y educar para la paz.

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